Estrategia de la mochila
By Paco Bédmar | Published | 1 comentario
Hace unos días un cliente me recordaba a un personaje conocido por todos, uno de esos que existe en todas las organizaciones, públicas o privadas, grandes o pequeñas y que te puedes encontrar en cualquier posición del organigrama, un auténtico experto en cargar las mochilas ajenas.
Una de las situaciones que se producen a diario en las empresas, tanto pública como privadas, es la de “largarle el muerto”, “pasar el problema”, al jefe, al compañero e incluso a personas de la organización que no tienen relación jerárquica, pero que son especialistas en resolver problemas e incapaces de decir NO; esta especialidad les convierte en punto de recogida de asuntos que otros sacan de sus MOCHILAS y sobrecargan en las ajenas.
El coaching tiene las herramientas adecuadas que le pueden ayudar; si usted es de esos jefes, compañeros, sufridores,….. en todo caso, con una mochila cargada con sus asuntos y los del prójimo, llegados allí “by the face”, por “patada despeje” o simplemente por mala educación organizacional, esas herramientas son LAS PREGUNTAS: si como dice un querido amigo, “decir NO me sabe mal”, cámbielo por preguntas y …. a observar que ocurre.
Vayamos al grano; cuando alguien se le siente delante y tras una pequeña “charleta”, más o menos aduladora, con cara de cordero degollado, etc, le cuente su vida, un problema, etc, NO SE LO SOLUCIONE¡¡, saque su lista de preguntas preferidas y elija las apropiadas para la situación; algunas posibles serían como las siguientes:
– ¿Qué es exactamente lo que quieres?
– ¿Qué sabes del problema/situación?
– ¿Conoces todos los aspectos importantes del asunto?
– ¿Qué obtendrás haciéndolo/resolviéndolo?
– Seguro que has pensado en algunas soluciones ¿qué podrías hacer al respecto?
– ¿Qué vas a hacer diferente esta vez?
– ¿Qué vas a hacer para resolver la situación?
– ¿Qué te impide hacerlo?
– ¿Qué recursos de todos los que tienes, vas a poner en marcha?
– Has pensado ¿cuántas cosas puedes aprender de esto?
La idea es que le ayude, no a aliviar su carga tomándola usted, sino a explorar las soluciones posibles y a tomar la responsabilidad de la solución.
A continuación, invítele a la acción con más preguntas:
– ¿Cómo lo vas a hacer?
– ¿Qué vas a necesitar para hacerlo?
– ¿Qué puedes ofrecer a los demás si necesitas su ayuda?
Y finalmente, la clave para el plan de acción:
– ¿Cuándo lo vas a hacer?
Por último, invítelo amablemente a empezar a actuar, y a volver para comentar los avances cuando lo necesite.
En este proceso aparecen tres grandes beneficiados, usted, él y la organización:
1º Su mochila no se ha recargado, por lo que usted está más aliviado y centrado en sus propios asuntos.
2º Su compañero, colaborador, subordinado, ha aprendido a gestionar soluciones, a tomar la responsabilidad sobre ellas, se sentirá escuchado y comprendido, se motivará hacia el logro y aprenderá para la próxima.
3º La organización se convierte en un lugar más confiable, con un entorno más agradable y productivo, donde las personas se orientan a un desempeño excelente.
Si le suena conocido lo anterior, y quiere que tenga un final distinto, haga algo distinto, no lo deje para el lunes próximo, empiece desde hoy, seguro que su espalda se lo agradecerá.
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Hola Paco, tienes un blog muy interesante y muy enfocado. ¡Enhorabuena!
Lo de la atención plena esta muy bien, aunque como sabes dificil de practicar.
Saludos