Niveles Lógicos
By Paco Bédmar | Published | 4 comentarios
La idea de escribir este post, surgió en una conversación con un par de alumnos que se preguntaban: ¿qué conocen los demás de mí que yo desconozco?, quizás comportamientos automatizados que me pasan desapercibidos, o bien, sus consecuencias para otros e incluso para mí. ¿Cómo conocen los demás eso de mí?, ¿qué hacen con esa información? ¿cómo la interpretan?; y esa interpretación ¿coincide en todos?; para dar respuesta a estas preguntas voy a utilizar el Modelo de los Niveles Lógicos.
No pretendo ser muy exhaustivo con este post, aunque sí clarificador; por ello recomiendo leer también los siguientes, uno dedicado a cómo modelamos el mundo y otro al feedback y la Ventana de Johari
El modelo de los niveles lógicos y su enfoque desde la PNL, se lo debemos fundamentalmente a Robert Dilts (1985) que se basó en los trabajos de Gregory Bateson sobre aprendizaje, cambios y comunicación. R. Dilts va más allá, relacionando los niveles lógicos con ciertos circuitos neurológicos del cerebro humano; de ahí que podemos encontrar que algunos autores se refieren a él como el modelo de los niveles lógicos y neurológicos.
Figura 1: Triángulo de los Niveles Lógicos.
Me parece interesante explicar algunas de las reglas que rigen el modelo y su aplicación práctica antes de empezar a describir cada nivel:
– La función de cada nivel consiste en organizar la información del nivel inmediatamente inferior.
– Un cambio en un nivel superior afectará, en general, a varios puntos de los niveles inferiores.
– Un cambio en un nivel inferior, no tiene por qué tener un efecto en niveles superiores.
Como vemos en la figura 1, el modelo considera siete niveles:
El primer nivel es Entorno o Ambiente: todos vivimos y nos desarrollamos en un entorno o ambiente, (familia, amigos, colegio, empresa, ciudad, momento…) que nos influye y al que influimos. Desde que nacemos nos relacionamos con todo lo que nos rodea y aprendemos; al principio nuestro entorno es bastante reducido, nuestra casa, padres y hermanos, abuelos, nuestro médico, quizás la guardería, etc.
En los primeros años de vida, (0 a 3 años) además de las funciones biológicas básicas, exploramos nuestro mundo y lo modelamos.
Una relación “en armonía” de la persona con su entorno a lo largo de su vida, contribuirá a un desarrollo equilibrado.
En coaching, nos dirigimos a este nivel cuando hacemos preguntas del tipo ¿cuándo, dónde, con quién….?. Son preguntas generalmente fáciles de contestar y suelen ser un buen comienzo para una conversación que irá tomando más profundidad…en una indagación inicial o durante el trabajo sobre el plan de acción…
Es aquí, en nuestro entorno, donde realizamos nuestras acciones, comportamientos que conforman el siguiente nivel.
2º Comportamientos. Este nivel y el anterior conforman lo que denominamos los niveles visibles de la persona; lo que percibimos a través de los sentidos son los comportamientos de los demás, acciones que realizan en un entorno o ambiente concreto.
Este es el nivel de la acción, de la manera de proceder de las personas en relación con su entorno o ambiente, de los actos reflejos, de los hábitos… Los comportamientos pueden ser consciente o inconscientes, voluntarios o involuntarios, públicos o privados, influidos por las circunstancias e influyentes en el ambiente o entorno donde tienen lugar.
Debemos también considerar en este nivel aquellos comportamientos que no son directamente perceptibles en nuestro entorno, podemos recordar, imaginar, tener un diálogo interno, etc.
A través de los comportamientos nos vamos construyendo como personas. En coaching ontológico se dice, en su segundo principio, algo que va más allá: R. Echevarría (1994) “nuestras acciones no sólo revelan cómo somos, también nos permiten transformarnos…”
Al observar la forma en que las personas actúan podemos vislumbrar su forma de ser; aunque debemos ser conscientes de que es específicamente una interpretación que nace desde la persona que interpreta.
Cuando en coaching nos dirigimos a este nivel, lo solemos hacer a través de los interrogantes ¿qué haces.., qué te impide.., qué piensas…, qué más….?.
Si los demás sólo perciben de nosotros los comportamientos y el entorno donde tienen lugar, ¿cómo hacen valoraciones o juicios de todo lo que somos?, ¿con qué información completan lo que no aparece a la luz de los sentidos?.
3º Capacidades. En este nivel situamos nuestros recursos, competencias, estrategias y programas mentales, cualidades y emociones. A partir de los 6-7 años, una vez tenemos una relación más consciente con nuestro entorno, comenzamos a conocer y aprender las causas y las consecuencias de nuestros comportamientos y los de los demás.
Las preguntas que nos aproximan a este nivel pueden ser: ¿cómo haces…, cómo puedes…?. En este nivel encontramos la dirección y el sentido de nuestros comportamientos; por tanto, un buen punto de partida en coaching puede ser, la exploración de los recursos y capacidades cuando el cliente plantee objetivos o necesidad de claridad a nivel de sus comportamientos.
Tener la capacidad de comunicación en público, por ejemplo, tiene una relación directa con comportamientos eficaces y eficientes en este ámbito, por el contrario, no tener buenas competencias de comunicación afectará a este tipo de comportamientos. Si queremos mejorar nuestros comportamientos de comunicación, presentaciones en público, etc, tendremos que operar, como primer paso, en nuestras capacidades y recursos de comunicación; generando la motivación, decisión y voluntad necesarias.
Si después de abordar este nivel, seguimos encontrado dificultades en las mejoras que deseamos, y por tanto, o creemos que no somos capaces, o que es imposible, o quizás es posible, pero no para nosotros; entonces, probablemente encontraremos un mundo de nuevas posibilidades abordando el siguiente nivel, Creencias o Juicios.
4º Creencias. Las creencias o juicios son aquellas “Leyes” que nos dictamos a nivel consciente o inconsciente, sobre nosotros, los demás, el mundo…son generalizaciones de nuestras acciones, de lo que hacemos o proyectamos hacer. Robert Dilts (2004) las define en su libro “Cómo cambiar creencias con PNL” 3ª ed., como: generalizaciones sobre cierta relación existente entre experiencias.
Dice S. Carrión: “Una creencia es una formulación lingüística acerca de la experiencia…y puede estar relacionada con los niveles de ambiente, comportamientos, capacidades, identidad y espiritualidad”.
Según Dilts, éstas pueden ser, sobre relaciones causales, sobre el significado de esas relaciones, o sobre sus límites.
Solemos decir que existen dos grandes grupos de creencias, son dicotómicas, potenciadoras y limitantes, positivas o negativas; por ejemplo “los ordenadores no tienen misterios para mí” o “lo mío no son las tecnologías”, son creencias que disponen a las personas que las tienen de formas opuestas hacia sus competencias y éstas afectan a los comportamientos asociados a esas competencias.
En definitiva, las creencias son la representación interna de nuestra interpretación de la vida y el mundo, por ello, dos personas ante los mismos hechos pueden tener interpretaciones totalmente distintas.
En coaching cuando preguntamos ¿por qué? nos estamos dirigiendo, por lo general, a este nivel tan decisivo para nuestras vidas, por ello, aconsejamos usar esta pregunta con moderación; una respuesta adecuada, dará mucha claridad a nuestro cliente, a su sentido, permiso, motivación…a su vida.
En este nivel también se incluyen actitudes, valores, etc, sin embargo, personalmente prefiero situar los valores en otro nivel distinto y superior a este.
Respecto a las actitudes, que como muchos “gurús” dicen en sus conferencias “son lo que realmente importa”, Salvador Carrión las define como “la suma total de nuestras creencias y valores sobre cierta materia”. Aceptando ambas propuestas, considero que no son un asunto trivial, por lo que le dedicaremos un especial interés en un post posterior.
“Si crees que puedes o si crees que no puedes, estás en lo cierto”.
5º Valores. Los valores son “los principios rectores de nuestra vida”, como las señales de tráfico con las que circulamos por el camino de la vida, nos llevan por unos u otros, nos aproximan o alejan…justifican aumentar o cambiar nuestros recursos. Honestidad, respeto, confianza, familia, amistad, poder, prestigio, compromiso, humildad, libertad, aventura, coherencia…
Si observamos la posición dentro del modelo en el que situamos los Valores, podemos hacernos una idea de la importancia que tiene en nuestras vidas y el impacto que tienen en nuestras competencias, comportamientos y entorno.
En coaching solemos utilizar el interrogante ¿para qué…? a la hora de abordar este nivel y puede ser habitual en una conversación de coaching que se encadenen muchas preguntas ¿para qué?, lo que ayuda a nuestro cliente a tomar conciencia de la cadena de valores y su jerarquía al plantearse algún objetivo, meta, plan de acción o cuando analiza comportamientos sobre algo que le preocupa, algo que quiere cambiar…
La claridad en nuestros Valores, su conocimiento, su prelación, contexto, dependiendo del momento en el que nos encontremos en nuestra vida, el sentido que nos confieren y su coherencia con los comportamientos, contribuirán de forma decisiva a nuestra Felicidad.
6º Identidad. Responde a la pregunta ¿quién soy?. S. Carrión la define como: “el conjunto de creencias y valores que determinan el quien yo creo que soy”. Está íntimamente ligada a la identificación y la vamos construyendo y modificando a lo largo de nuestra vida, integrando aquello que da sentido a nuestra vida, a lo que hacemos…
Desde el uso del propio lenguaje solemos generarnos cierta confusión respecto a nuestra identidad. Cuando decimos “soy ingeniero, médico, fontanero…tímido, alegre..” no estamos declarando nuestra identidad, sino que hablamos de nuestras capacidades, de técnicas aprendidas, de creencias sobre nuestra identidad…aunque en muchas ocasiones nos identificamos con ellas, profesión, competencia, nacionalidad, etc, y podemos intuir dónde nos puede conducir esto, llevado al extremo, claro.
Por último nos quedaría abordar el nivel 7º espiritualidad o transpersonal, este nivel ocupa el vértice del triángulo. Algunos autores afirman que este último nivel realmente no es tal y que se trata de un “campo relacional” presente en todos y cada uno de los niveles.
Dada su trascendencia y extensión, lo abordaremos como merece en un próximo post.
Para profundizar en el modelo y en general en la teoría básica sobre Programación Neurolingüística (PNL) siempre recomiendo a uno de mis queridos profesores, Salvador Carrión y su libro Curso de Master en PNL: Técnicas Avanzadas de PNL. Ed. Obelisco.
4 Responses
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Muy clarificador. Seguro que los alumnos lo aprecian. Gracias por este estupendo trabaho
Gracias Isabel por tu impulso.
Tengo que profundizar en mi triángulo, hay niveles en los qu eno sabría responder.
Bss
Muchas gracias por la información, bastante útil y objetiva!